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Después de haber tratado en un post anterior de la importancia que tiene para el ser humano el conocer cuáles son sus talentos, en este post mostramos varias opciones para hacerlo.

 

Pero antes, es importante remarcar, que hoy ser una persona talentosa no significa únicamente ser un artista, no. Hoy en día, tener talento, significa adaptabilidad, estar en continuo aprendizaje y desarrollo. Y eso es lo que buscamos en otras personas y es lo que buscan las organizaciones para crear equipos.

 

Varios ejercicios que pueden servirte son: el ejercicio de autoindagación, el de la autoobservación y el de mantener la curiosidad con consciencia plena.

 

Ejercicio de autoindagación: 

 

En las actividades que diseñamos, cuando preguntamos a las personas cuáles son esas actividades con las que disfrutan, muchas no saben qué contestar. Y esto sucede porque no hay un trabajo previo de autoconocimiento de la persona. 

 

Para ello, este ejercicio es de gran ayuda. Es eficaz, sencillo y a la vez profundo. Consiste en hacerse a uno mismo, de forma honesta, una serie de preguntas desde el no juicio y el respeto. Es imprescindible tomarse un tiempo tranquilo, silencioso y sin interrupciones. 

 

¿Qué se me da bien y qué disfruto haciendo? 

¿En qué cosas suelo perder la noción del tiempo? 

¿Cuáles son mis actividades favoritas? ¿En solitario o en equipo? 

¿Con qué me siento lleno de energía cuando lo hago?

¿Qué disfruto haciendo que ayuda a otras personas y a la sociedad? ¿Qué les estoy aportando? ¿Qué siento en ese momento? 

¿Qué es aquello importante para mí, aquello que me inspira, me motiva? 

¿Qué era aquello que me apasionaba de niño o soñaba hacer de niño? 

Ejercicio de autoobservación: 

 

A la vez que se responden las preguntas anteriores, la persona debe autoobservarse, prestar atención en cómo surgen esos pensamientos, las sensaciones y emociones que le provocan, incluso imágenes que puedan venirle a la mente. 

 

Es importante no intentar encontrar un sentido. Simplemente hay que observar e ir recopilando toda esta información en una libreta que ya más adelante se analizará. 

 

Seguramente las respuestas hayan llevado a la persona a aptitudes que suele hacer desde siempre y casi sin darse cuenta. O también puede ser que lo tenga oculto y aparezca ahora. De cualquier forma, es algo que la persona lo hace prácticamente sin esfuerzo, que constituye su valor diferencial, a la vez genera un bien para otras personas cuando se pone al servicio de los demás.

 

Capacidad de mantener la curiosidad: 

 

Resulta imprescindible para seguir potenciando y destapando talentos, que la persona no deje de experimentar con la capacidad de asombro de un niño, o lo que es lo mismo, con la mente de principiante. 

 

Disfrutar de actividades, mientras prestamos plena atención a nuestros sentidos como si fuera la primera vez, constituye toda una experiencia reveladora. Y si además experimentamos con otros sentidos que no sean ni la vista, el olfato, el gusto, el oído, ni el tacto, la vivencia aportará una serie de emociones, sensaciones y pensamientos que ayudarán a descubrir nuevas aptitudes naturales en las personas a la vez que ayudará a potenciar y mejorar las habilidades ya detectadas.

Permitirse ser uno mismo es uno de los efectos psicológicos curativos más eficaces.

En suma, busca actividades que:

 

  • Te lleven a potenciar tu aprendizaje, crecimiento, adaptación, reinvención.
  • Mantengan tu curiosidad, espíritu crítico, creatividad, iniciativa, versatilidad.
  • Te lleven a romper tus propios moldes.
  • Cultivar relaciones con personas con capacidad para evolucionar.
  • Te aporten diferentes puntos de vista.
  • Promuevan oportunidades de crecimiento.

 

Así lo hacemos en Som Orígens y además vamos un paso más allá añadiendo a estas 3 prácticas (la introspección, la autoobservación y el afán de curiosidad) elementos clave como la naturaleza y prácticas mindfulness diseñadas específicamente con un objetivo concreto y personalizadas sólo para un grupo concreto. Entonces, los beneficios se incrementan exponencialmente, haciendo que la experiencia constituya un punto de inflexión en la personas y en las empresas. Si te interesa, puedes obtener más información aquí.

 

En conclusión, conocer nuestros talentos es vital para que una persona se sienta realizada, pueda poner su valor diferencial al servicio de los demás aportando beneficios en las personas y en la sociedad y, consecuentemente, pueda crecer personal y profesionalmente alcanzando una vida plena.