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El estrés es una respuesta de nuestro organismo que a muchas personas les preocupa, pero no olvidemos que gracias a él hemos sobrevivido todos estos años, pues ha sido básico para nuestra supervivencia.

 

La respuesta al estrés es nuestra particular forma de afrontar y adaptarnos a las diversas situaciones y demandas que nos vamos encontrando, es una respuesta que aparece cuando percibimos que nuestros recursos no son suficientes para afrontar los problemas, cuando se dan alguna de estas circunstancias: 

 

  1. La situación es novedosa
  2. Es impredecible
  3. No controlamos la situación
  4. Supone una amenaza para nuestra personalidad

 

Cuantas más de estas cuatro particularidades coincidan, mayor será la situación de estrés vivida por la persona reaccionando con actitud de huida o de lucha

 

Esta respuesta forma parte de la naturaleza del ser humano, pues nos acompaña desde nuestros orígenes y no supone ningún peligro, a no ser que el estrés se mantenga de forma prolongada en el tiempo. De ser así, esto es lo que se conoce como estrés crónico y puede tener importantes consecuencias para la salud mental, física y emocional. Lo peor de todo, es que si no se controla a tiempo, puede derivar en un nivel de ansiedad patológico que produce importantes trastornos en el organismo.  

 

Sólo cuidando de nuestro bienestar, mental, físico y emocional, podremos disfrutar de nuestro talento, ponerlo al servicio de los demás y seguir creciendo personal y profesionalmente.

Uno de estos trastornos es el bloqueo cognitivo o bloqueo mental. En esta situación la persona se queda en blanco, sus habilidades cognitivas no resurgen, su creatividad y sus dones naturales quedan congelados y es habitual que no se sienta capaz de hacer frente a la consecución de sus objetivos y de aportar valor a sí mismo y a las personas que le rodean. En consecuencia, su talento desvanece y la persona no puede mostrarse tal como es, se siente limitada y cohibida por un estado mental que le resulta complicado dominar.

 

Este bloqueo, sin duda está directamente relacionado con la inteligencia emocional, pues esta impotencia genera en el individuo sentimientos como la apatía, la desidia, la frustración, la tristeza, pudiendo incluso desembocar en un síndrome de burnout en el entorno laboral, o de depresión y/o ansiedad. 

 

El síndrome de burnout o síndrome de estar quemado, afecta cada vez más a un mayor número de personas en las empresas, derivando en bajas de incapacidad laboral, ambientes de trabajo tóxicos, reducción en la productividad de las empresas y consecuentemente en pérdida de ventas y beneficios.

 

Por todo ello, cada vez más organizaciones implementan nuevas políticas de empresa saludable, con el objetivo de evitar el estrés crónico en los equipos, siendo a la vez impulsoras del cambio de hábitos de vida en las personas, para garantizar su bienestar a corto y largo plazo.

 

Esto precisamente es lo que hacemos en Som Orígens, diseñamos planes específicos disruptivos que ayudan a las empresas y a las personas a integrar nuevos hábitos de vida saludable que contribuyen a la relajación del participante, a la regulación de sus emociones y consecuentemente, y de forma paulatina y duradera, al desbloqueo mental, físico y emocional en su ámbito personal y profesional. 

 

Los pasos aparentemente más sencillos, aportarán los cambios más eficaces y duraderos en el tiempo, contribuyendo al desarrollo del talento, cuyos frutos conllevarán un estilo de vida plena y saludable en las personas y mayor rentabilidad en las empresas. 

 

Éste debería ser el paradigma de la sociedad del siglo XXI.